jueves, 14 de octubre de 2010

Me pa que sobre gustos estaba todo escrito al final...

Cuantas veces habré escuchado, y peor aún, dicho "sobre gustos..." y que el otro termine con "no hay nada escrito". Me siento tan boludo. O si no de una forma más top: "el libro de los gustos tiene sus páginas en blanco". El único libro que conozco que tiene las hojas en blanco es este:
La edición que tengo en casa no es igual y además es en español, pero que importancia tiene cuando TODAS las hojas que lo conforman están en blanco. Y si, que esperaban?

Paremos un poco la pelota, y no la que se pasa por adelante de los autos (El problema no es la pelota, es lo que viene atrás), la que vaticina lo que se podría venir y que muchas veces ignoramos (ignoro), lo que llevado a contextos de la vida da para largo, si no la pelota del automático con el que nos programa el mundo desde el minuto uno.

Vamos a ver, por ahora muchas palabras y poco contenido (?), a lo que voy es a que la calle, la tele, la radio, las revistas, la vida mesma nos dice que es lo que nos tiene que gustar. No me refiero a la boludez de si te gusta la milanesa plana, napolitana o a caballo. Eso da igual, y ahí seguro que si está escrito en miles de libros de cocina. Me refiero a las cosas de la vida que nos influyen.
Cuanto nos condiciona esta "educación" de gustos? Nos hace las cosas más fáciles? Nos soluciona la elección o nos impone cosas que no sabemos si realmente nos gustan tanto? Al que le de miedo elegir, a lo mejor se lo pone más fácil.

Me parece que el gusto no nos permite elegir lo que nos gusta (que ojalá siempre fuera lo que nos hace bien), por el contrario nos priva de lo que no nos gusta. Y acá está la cuestión más gorda. Lo que no me gusta, realmente es lo que no me gusta??? Porque que me digan como son las chicas que me tienen que gustar o que a ellas les diga cuan flacas tienen que estar es jodido, pero me parece que desmerecer el hecho de que, por ejemplo, yo no quiera salir con una chica porque no es linda (o no me parece a "mi" que lo sea) me privaría de estar con una chica con cientos de virtudes que la conviertan en una persona excepcional, solo que fea. Fea para quien? Bueno, no se, para mi... Como se si es realmente es fea para mi si cada vez me doy más cuenta que no soy yo el que decide que me gusta y que no! Pero como se hace para mirar y desear lo que no me gusta? Yo no lo se. Todavía por lo menos. Lamentablemente.
Entonces me priva de lo que no me gusta o me priva de lo que no me debería gustar? Y... podría llegar a ser lo mismo.
Pero si aprendimos que es lo que nos tiene que gustar, a lo mejor, aun que un poco oxidada, puede ser que todavía existan vestigios de esa capacidad de aprender, pero aprender a decidir conocer que es lo que a uno verdaderamente le gusta. Romper el molde. Que liberador sería eso...
Liberador? Pero si me tengo que liberar entonces estoy preso, si estoy preso, de que lo estoy? Probablemente de mi mismo, de mis propios miedos a que me guste lo que no me debería gustar. A sentir lo que no debería sentir. A disfrutar de esas cositas oscuras que rara vez compartimos. A no hacer lo que se espera que hagamos, si no lo que realmente queremos. A no estudiar lo que los padres esperan que su hijo perfecto estudie. A no seguir por el camino que la orden directa de ese ser supremo nos impone a través de los medios masivos de incomunicación (incomunicación con uno mismo).

Se me ocurren tantas cosas para seguir escribiendo, pero ya mezclé varios temas acá, prefiero no complicarla más y me guardo algunas ideas para otro día.
Lo que no se es si yo debería estar escribiendo este tipo de cosas y encima públicamente. Pareceré exhibicionista? Espero que mi abuela no lo lea...



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