sábado, 16 de octubre de 2010

El vacío

La sacudida fue bestial. El aire escapaba rápidamente de la nave. Apenas alcanzó a ponerse el casco y presurizar el traje antes de que la falta de presión afecte sus habilidades motrices.
No entendía que podría haber pasado, pero de seguro era muy malo.

Encendió su radio. Todo era gritos y deseperación. Algo había pasado en la bodega de carga donde estaban trabajando sus compañeros.
Se acercó a la consola de monitoreo. No podía ser, la mitad de la nave estaba en alerta roja.
Sus otros 3 compañeros ocupaban el tiempo de radio como si fueran 30 personas. Se dirigió hacia la parte trasera de la nave para ver por si mismo que estaba pasando.
Abrió la puerta del compartimiento de carga y su cara se tranformó. Por unos segundos se quedó estático. No podía creer lo que veía. El techo y el lateral izquierdo estaban totalmente arrancados y con ellos, la antena de la radio de la nave. Algo los había golpeado. Algo grande.
Los 2 ingenieros se sostenian de una baranda, miraban hacia el mismo lado. Veían como el técnico flotaba en el vacío que lentamente lo iba absorbiendo.

- Me alejo! Noooooooo noooooo, no quiero!! Ayúdenmeeee. Me estoy yendoooo.

Sus palabras eran difíciles de comprender, entre los sollozos y balbuceos los sonidos se ahogaban. Pero era claro que el miedo lo dominaba.

Por fin pudo reaccionar, volver en sí. Tenía que actuar rápidamente, ya había perdido valiosos segundos. Se engachó a una de las sogas de seguridad. Tomó 2 más y se empujó hacia donde estaban los ingenieros. Los 3 estaban asegurados. Pero Anthony tenía un destino terrible.

- Tenemos que traerlo! No lo podemos dejar irse.
- Los controles no responden. No hay manera de girar la nave para ir a buscarlo. Mi traje tiene solo el 15% de oxígeno. Lo cosumimos casi todo en la misión.

Sin pensarlo 2 veces, volió a la entrada de la bodega, tomó otro cable de seguridad y lo arrojó con todas su fuerzas en la dirección que estaba Anthony.
El cable viajaba ajeno a la tensión que vivían los 4. Sólo se deslizaba por el universo, impávido. Apenas faltaron unos metros, el cable no era lo suficientemente largo.
Los gritos de su compañero extraviado atravesaban su oído, su cerebro, su cabeza. Tenía que callarlo. Bajó el volumen de su radio a cero.
El silencio era absoluto, abrumador. Solo sentía su respiración, que le recordaba lo vulnerable que era. El poco tiempo que le quedaba.

- Voy a saltar.

Dijo sabiendo que no podría escuchar respuesta alguna. Pero los gestos de sus compañeros claramente indicaban que lo escucharon.
Desenganchó el cable del punto de fijación de la nave y lo ancló a su cinturón junto a su propio cable de seguridad.

Su impulso fue muy potente, pero sin la suficiente precisión, pasó muy cerca del lateral desgarrado de la nave, demasiado cerca. El corte que le hizo un filo sobresaliente en el traje le produjo una fuga. Sus ojos se cerraron, su voluntad se extinguió. Miró a su compañero. Su máscara con filtros solares no le permitía verle la cara. Apretó los dientes, ese ya no era su compañero, ahora era su amigo, y no lo iba a abandonar. No en este momento que era cuando más se necesitaban, no había lugar para meros compañeros.
Ya no estaba tan lejos, se seguía acercando. Revoleó el cable, era posible que llegue. Tenía que llegar. No lo podía dejar morir abrazado por el vacío helado.

El cable pasó a centímetros de su máscara, un golpe en el vidrio hubiera sido catastrófico.
Anthony movía los brazos torpemente, la desesperación por perder su única posiblidad de volver a la nave lo enceguecía.

- Si! Si! Si!

Los ojos vidriozos no le permitían ver bien, pero Anthony había podido aferrarse al cable y encastrarlo en su cinturón.

Pronto su 2 amigos en la nave los remolcaban hacia ella. Volvían estar juntos. El equipo estaba haciendo lo que debía.

Ya le quedaba muy poco aire. Solo unos minutos. Intentó bajar su ritmo cardíaco.

Algo brilló detrás de uno de los ingenieros. La onda expansiva de la explosión lo despedazó. Su amigo salió dispersado en todas las direcciones. Inclusive hacia la nave donde sus pedazos se aplastaron contra la estructura. El anclaje del cable de seguridad se desprendió.

Todo dependía de Fred, el otro ingeniero. Fred era un tipo callado. Brillante. Soltero. De una fuerte templanza. No tenía más razones para vivir que su pasión por conocer. A simple vista parecía una persona en quien no confiar, pues parecía que no tenía mucho que perder. Pero su sentido del deber y determinación lo hacían un hombre sólido y digno de gran confianza.
Solo tardó segundos en saltar y tomar la punta del cable que se alejaba junto con Anthony y su amigo, Peter.
Tomó el cable y lo enredó en su brazo. El tirón presionó sobre su traje, sobre su brazo, sobre su piel, sobre sus músculos, sobre su hueso. Lo partió como una barita seca. La sangre se desparramó llenando los espacios vacíos. El dolor era desmembrante. Agarró el cable con su otra mano y tiro lo más fuerte posible. Fue suficiente.

- Arrrrgh

Anthony y Peter, que ya estaba desvanecido por la falta de O2, golpearon el casco pesadamente.
En poco tiempo, ayudándose, pudieron volver a la cabina.

Entraron y sellaron la compuerta.
Se sacó el casco y el aire volvió a llenar los pulmones de Peter. Lentamente su piel volvía a tomar color.

- Fred, que pasó con tu brazo? Estás bien?
- Creo que se ha roto.

Las manos le temblaban, lo ayudaron a sacarse el traje. Los gritos de Fred cuando sus huesos astillados se enganchaban en las telas llevaron a Peter al momento en que la radio lo perturbaba. Pero en este caso no había un control de volumen.

Ya estaban todos juntos, por lo menos los que aún estaban con vida. Ninguno había sido dejado abandonado. Hubieran muerto salvándose entre sí antes de dejarse morir en el las oscuras aguas del espacio.

Pronto volverían a casa. Nadie va a saber lo que vivieron. Lo que sufieron. Lo que los unió como nunca pensaron que podría llegar a ser.

La nave caía siguiendo un espiral hacia la tierra. La gravedad no los iba a dejar arriba mucho tiempo, los quería para ella.

- Mamá! Pedí un deseo!
- Por qué? Que hay?
- Mirá el cielo, una estrella fugaz.


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